En artículos anteriores hemos hablado de la Ingeniería Contra Incendios y cómo la normativa está dando apertura a los diseños por desempeño, donde los objetivos del sistema se plantean, pero no se dan pautas de como cumplirlos. Se concluyó, que Colombia debería desarrollar dos caminos paralelos, por un lado, debería actualizar y mejorar la regulación prescrita existente, exigiendo estrictamente su implementación. Por otro lado, la normativa debería estar abierta a los diseños por desempeño en edificios poco convencionales, para lo cual es fundamental el fortalecimiento del profesionalismo y competencia en los ingenieros contra incendios. En esta ocasión deseamos hacer algunos aportes en pro del mejoramiento y avance que consideramos son necesarios para fortalecer la profesión en Colombia en los próximos años.
Primero, se debe actualizar y mejorar la adaptación de las normas prescritas al contexto colombiano, esto debe hacerse exclusivamente bajo un rigor técnico. NFPA actualiza su norma 101 cada tres años, la última versión es del 2018. Sabiendo que NSR-10 publicada en 2010 extrajo numerales de NFPA-101, se evidencia la necesidad de una nueva actualización. Cabe recalcar que no se debería crear una fiel copia de NFPA-101 sino una adaptación al contexto colombiano, donde se tome en cuenta el tipo de construcción, el promedio poblacional, el clima, entre otros. Es importante aclarar que esta adaptación se debe dar estrictamente en un contexto técnico basado en fundamentos científicos.
Segundo, es necesario crear y fortalecer una entidad autorizada competente. Existen dos formas de regulación. Una es regular a los profesionales, es decir, bajo un escrutinio académico y/o de experiencia se autoriza a los ingenieros contra incendios mediante un número de tarjeta profesional, esto permite rastrear los diseños y generar un sentido de responsabilidad profesional sobre los proyectos. Otra forma es regular los diseños, esto se hace a través de una entidad competente que juzga si el diseño cumple con los requisitos mínimos para ser aprobado. Actualmente, Colombia no cuenta con este tipo de autoridad competente. Esto genera inconvenientes en calidad y criterio con productos deficientes y poco a nada óptimos para una implementación. Para evitar esto, se debe contar con un juzgamiento de pares que aseguren no solo el cumplimiento de los requisitos básicos, sino que aseguren la calidad del diseño.
Tercero, se debe dar un fortalecimiento de la profesión. Lastimosamente, en Latinoamérica la ingeniería contra incendios aun no cuenta con un reconocimiento oficial, por lo cual la mayoría de profesionales que laboran en la industria lo hacen desde la experiencia. Sin embargo, cada vez es mayor la oferta que permite certificar el conocimiento y/o la experiencia. Por ejemplo, el proceso del certificado de especialista en protección contra incendios (CFPS por sus siglas en ingles), o los respectivos cursos ofrecidos por NFPA para cada norma. También se cuenta con el diplomado en protección contra incendios en edificaciones dictado por la Universidad Nacional de Colombia. De igual manera, a nivel internacional existe la oferta de pregrados y postgrados en ingeniería contra incendios, por ejemplo, en la universidad de Maryland, Edimburgo, Ghent, Queensland, entre otros. Puesto que la profesión aún no está oficialmente regulada, pero maneja temas vitales de seguridad, es importante establecer y exigir requisitos de conocimiento para ejercer la profesión.
Finalmente, se debe fortalecer la agremiación de ingenieros contra incendios. Para lograr los cambios antes propuestos se requiere un gremio sólido y competente, esto incluye no solo a los diseñadores e instaladores de redes de rociadores automáticos, sino a todos los involucrados con la protección contra incendios, es decir, los ingenieros que actualmente trabajan en comportamiento humano, protección pasiva, protección activa, modelación, entre otros. Unirnos bajo unos mismos intereses y objetivos de desarrollo permitirían estructurar el futuro de la profesión en Colombia bajo la premisa del conocimiento y no de intereses particulares, ayudando así al crecimiento del país.
En conclusión, en las últimas décadas Colombia ha avanzado significativamente en el desarrollo de la ingeniería contra incendios, sin embargo, aún queda un gran camino por recorrer. Para seguir avanzando debemos entrar en una siguiente fase impulsada por una agremiación que busque contextualizar las normas utilizadas, crear una autoridad competente de pares y dar un reconocimiento de la profesión.
