Con el fin de diseñar un sistema de protección contra incendios adecuado, es necesario realizar una medición del riesgo presente. Para esto, es importante recordar el triángulo del fuego, donde se deben tener tres elementos mínimos que contribuyen al desarrollo de un incendio, estos son: una fuente de ignición, una de oxígeno, y una de combustible. Aunque estos tres elementos son fundamentales para el desarrollo de un incendio, también deben estar en proporciones adecuadas para que el incendio se mantenga. Aquí se introducen los límites de inflamabilidad, que de manera sencilla marcan la relación oxígeno/combustible necesaria para mantener el fuego. En otras palabras, no cualquier mezcla de aire y combustible va a desencadenar un incendio, por ejemplo, al llenar el tanque de gasolina de un vehículo, el contacto de la gasolina con el aire no genera una mezcla inflamable. Este artículo pretende mostrar la responsabilidad que acarrea la implementación de conceptos básicos de ingeniería contra incendios.
El túnel Mont Blanc conecta Francia con Italia a través de los Alpes. En 1949, estos dos países firmaron un acuerdo para construir y operar el túnel de manera conjunta. En el momento de construcción, este era tres veces más largo que cualquier otro túnel de carretera existente. En 1999, un camión transportador de harina y margarina entró por el extremo francés, después de unos kilómetros el conductor notó el incendio que se estaba desarrollando en la carga. El conductor del vehículo intentó combatir el incendio, pero este fue obligado a retroceder por las llamas. El sistema de ventilación en el túnel, dispersó el humo más rápido de lo esperado, lo que causó que los motores de los vehículos se detuvieran debido a la falta de oxígeno, esto incluyó los camiones de bomberos. Finalmente, el incendio duró 53 horas, alcanzó temperaturas de 1000 °C y dejó un conteo de 39 personas fallecidas. El criterio de aceptabilidad para el transporte de margarina dentro de un túnel fue su bajo riesgo de ignición.
Existe un trasfondo ético en todo lo relacionado con la seguridad contra incendios. A pesar de manejar un código prescriptivo donde las normas son explícitas y el funcionamiento del ingeniero es seguir dichas reglas, es importante un criterio de ingeniería al momento de aplicar los códigos de seguridad. En el ejemplo del túnel Mont Blanc, el alto punto de ignición de la margarina generó una clasificación de peligro baja. Sin embargo, al contextualizar el peligro en el túnel, el riesgo es muy alto por la poca ventilación que presenta el túnel, y el alto peligro de generación de humo de la margarina. En otras palabras, para un ingeniero contra incendios es insuficiente decir ‘yo seguí el código’. Es responsabilidad del ingeniero conocer las limitaciones de los códigos, y, por ende, discernir adecuadamente en su implementación. Tratándose de un tema de seguridad no se deben aplicar a ciegas normas prescritas que no contemplan todos los posibles escenarios, es obligatorio tener un pensamiento crítico respecto a las normas prescriptivas.
Por otro lado, esta presión para implementar números prescritos sin ningún trasfondo ingenieril se exacerba por la presión económica de los clientes. En la mayoría de las ocasiones los clientes preguntan por lo más barato, pero no por lo más seguro. Por lo tanto, de nuevo esta responsabilidad recae en el ingeniero, quien debe encontrar la solución más segura bajo el menor presupuesto. Sin embargo, la poca regulación que existe, permite el ingreso al mercado de personas con poca experiencia y bajo conocimiento que ofrece soluciones a bajos
costos. Por lo tanto, es responsabilidad del cliente evaluar a su proveedor, y verificar que la empresa que está ofreciendo el servicio cuente con la experiencia y conocimiento para desarrollar el proyecto que se le pide. En el caso de Colombia, no se cuenta con una tarjeta profesional para ingenieros contra incendios, pero la empresa prestadora de servicio debe estar en la capacidad de mostrar su experiencia con proyectos de similares características para así validar sus conocimientos.
En conclusión, existen conceptos básicos de ingenieros contra incendios como el triángulo del fuego, sin embargo, estos conocimientos deben ser aplicados con precaución al momento de hacer una evaluación del riesgo, pues la interacción entre los diferentes fenómenos físico- químicos puede generar un riesgo no contemplado. De igual manera, la responsabilidad empieza con el ingeniero diseñador, quien debe críticamente aplicar los códigos prescriptivos que se adapten a la situación presente, pero esta responsabilidad también se extrapola al cliente, quien debe asegurarse que la empresa prestadora del servicio, tanto de diseño como instalación, cuente con la experiencia necesaria para el proyecto. En pocas palabras, si el cliente exige, las empresas se preparan y se puede dar una autorregulación de la profesión.