Materiales, elementos de construcción y partes de edificios deben ser seleccionados de acuerdo con sus propiedades contra incendios. Dentro de estas se considera la generación de calor, propagación de llama, producción de humo, producción de partículas ardientes y goteo, caída de piezas, así como resistencia al fuego, capacidad estructural, entre otras. Estas propiedades se evalúan mediante pruebas de certificación, que han sido ampliamente usadas en el proceso de apertura comercial en Europa. En este blog se mostrará en que consiste la marca CE y como se clasifican los productos contra incendios provenientes del mercado europeo.
Como parte del acuerdo de libre comercio entre los países de la unión europea en 1995 se introdujo la clasificación técnica contra incendios. Dentro del acuerdo, se encuentra también la marcación o certificado CE que aplica a materiales y componentes de construcción. La marca CE en un producto puede considerarse como una visa que permite la libre comercialización de dicho producto dentro de los países de la unión europea. Esta representa los requisitos legales y técnicos mínimos en materia de seguridad. Es importante mencionar que la marca CE no simboliza la calidad ni la seguridad de los productos de construcción. Es en cambio un reporte generado cuando los productos han sido sometidos a pruebas unificadas de seguridad. Cabe aclarar que, respetando la soberanía de cada país, estos aún tienen independencia para permitir el comercio interno de productos que han sido sometidos a pruebas no avaladas internacionalmente. Sin embargo, estos productos no son válidos para salir a competir en el comercio europeo.
Al diseñar y construir es necesario conocer las propiedades técnicas contra incendios de los productos y los componentes de construcción. Como parte del certificado CE se exige la información del comportamiento frente al fuego del producto comercializado. Por lo cual es importante entender estas clasificaciones. Existen dos tipos de clasificaciones, una es reacción al fuego y otra es resistencia al fuego.
Reacción al fuego. Esta clasificación se relaciona con la capacidad del material de disipar el calor, de propagar la llama, de generar de humo, partículas y gotas ardientes. No son válidas para para revestimientos de pisos o techos. La reacción de los productos se clasifica en siete clases principales (A1, A2, B, C, D, E, F), y se combina con una subclasificación para generación de humo(s) y de goteo ardiente (d). A1 es el nivel más alto y no se combina con las subclasificaciones. Clase F implica que no hubo ninguna prueba o no se cumplió ningún requisito y no se combina con clases adicionales.
Para la subclasificación de humo,
s1 | Cantidad muy limitada de humo |
s2 | Bastante humo |
s3 | No exige ningún requisito o es una cantidad de humo considerable |
Para la subclasificación de humo,
d0 | Sin goteo o partículas en llamas |
d1 | Bastante goteo o partículas |
d2 | No exige ningún requisito o es una cantidad de goteo o partículas considerable |
A continuación, se presenta las clasificaciones de reacción al fuego y sus posibles combinaciones:
Definición | Clasificación | Humo | Goteo o partículas |
Materiales no combustibles | A1 | – | |
A2 | s1-s3 | d0-d2 | |
Muy baja contribución al incendio | B | ||
Baja contribución al incendio | C | ||
Media contribución al incendio | D | ||
Alta contribución al incendio | E | ||
Material combustible | F | – |
Resistencia al fuego. Este indica el periodo de tiempo que el material puede mantener su rendimiento bajo la influencia del fuego. Las propiedades que se evalúan son la capacidad de carga (R), la integridad (E), aislamiento (I), radiación (W), acción mecánica (M), cierre automático (C), densidad contra penetración de humo (S) y capacidad contra incendios (K). La duración del rendimiento de expresa determinados periodos en minutos 15, 30, 60, 120.
R – Capacidad de carga: La capacidad de mantener la carga sin pérdida de resistencia estructural.
E – Integridad: La capacidad de soportar la exposición al fuego, generalmente de abajo hacia arriba, sin que el fuego pase al otro lado en forma de llamas.
I – Aislamiento: La capacidad de resistir la exposición al fuego, en un solo lado, sin la transmisión del fuego en forma de transferencia de calor significativa al otro lado.
Por ejemplo, una puerta que mantienen la integridad y el aislamiento del fuego durante una hora, en el reporte CE aparecería como EI60, no se exige R por no ser un componente de carga. Un muro de carga se podría clasificar como REI30, es decir que mantuvo la capacidad de carga, la integridad y el aislamiento durante media hora. El criterio de aislamiento y radiación siempre se acompaña por el de integridad. Una vez se pierde la integridad del elemento este no puede mantener el aislamiento o la protección contra radiación.
Las clasificaciones se obtienen mediante pruebas estándar contra incendios de las que se habló en un blog anterior (Link: Pruebas estándar y regulación de seguridad contra incendios). Se recalca que la clasificación obtenida no representa un tiempo real sino una categoría. Esta clasificación es válida para comparar productos. Es decir, la puerta clasificada como EI60 no necesariamente va a estar en pie durante una hora en un incendio real, pero si va a resistir más que una puerta clasificada como EI30, independientemente del fabricante.
Por otro lado, las pruebas de clasificación pueden ser realizadas únicamente por laboratorios certificados. En un blog anterior se habló de algunos de los laboratorios y del proceso de certificación (Link: Laboratorios Certificadores en el Mercado Global). Existen diferentes agentes certificadores a nivel mundial (UL, FM Global, VdS, DBI, LPCB, CNAS) lo que indica que equipos europeos, británicos o chinos pueden ser utilizados en el mercado colombiano, siempre y cuando estén listados para su uso por un laboratorio especializado, y aprobados por la autoridad competente.
Una de las ventajas del mercado contra incendios europeo es la marca CE. Todos los fabricantes se vieron obligados a cumplir unos requisitos mínimos de seguridad para poder comercializar fuera de los respectivos países. Esto se convierte en una ventaja a nivel mundial también, por un lado, permite comparar soluciones independientemente del fabricante y país proveniente. También permite verificar la validez de la marca mediante los entes certificadores independientes. Finalmente, permite comparar el mercado con la aplicación de unas pruebas estándar. Por supuesto, aún existen debilidades en el sistema, por ejemplo, cuando salen al mercado soluciones nuevas que aún no cuentan con un estándar aprobado de clasificación no pueden obtener una marca CE; por otro lado, está presente la subjetividad de los laboratorios al aplicar las pruebas.