En la madrugada del 14 de junio de 2017, en la torre residencial de gran altura, Grenfell, ubicada en Londres, Inglaterra, se desató un incendio, donde murieron 72 personas. El incendio inició debido a una nevera descompuesta en el cuarto piso. Éste se propagó rápidamente por el exterior del edificio, envolviendo toda la fachada en llamas, y afectando todos los pisos superiores, comprometiendo incluso la salida de emergencia, la cual se vio envuelta en humo. A partir de las investigaciones se concluyó que el incendio se propagó de manera acelerada debido a la baja clasificación contra incendios del revestimiento y el aislamiento exterior, adicionalmente, se tenía un espacio de aire que exacerbó un efecto chimenea en la fachada.
El incendio ardió por aproximadamente 60 horas. De acuerdo con el informe de investigación el exterior del edificio no cumplía con las regulaciones. A partir de este informe se dio una reestructuración de la normativa contra incendios en Reino Unido, y han salido a la luz un número significativo de edificios que actualmente usan los mismos materiales y configuración que la torre Grenfell. Estos últimos han tenido que ser evacuados, creando una crisis inmobiliaria considerable en la ciudad de Londres. Este artículo pretende hacer un llamado al gremio de la ingeniería contra incendios y de construcción en Colombia, respecto a la nueva vivienda de interés social de gran altura que se está introduciendo en el país.
Primero: Debe existir una integración de sistemas, especialmente cuando se trabaja con un edificio de gran altura, donde se pretende maximizar el espacio habitado. Esto hace referencia no solo a los sistemas de protección contra incendios como, detección, alarma, señalización, llamado al sistema de emergencias, protección pasiva (Puertas corta fuego, sellos cortafuego, etc…) y métodos de extinción, sino incluye también, los sistemas eléctricos, plomería, ventilación, y materiales de construcción en general. Es decir, se debe realizar un análisis de riesgo, y no solamente la instalación de redes contra incendios.
Segundo: No se debe hacer recortes económicos en la calidad de los materiales, o incluso como fue el caso de Grenfell, hacer una sustitución por materiales que cumplen la misma función, pero no cuentan con la clasificación adecuada de seguridad. Debido a esto, posterior al incendio se han tenido que destinar mas de 600 millones de libras esterlinas para sustituir las fachadas con el mismo sistema y materiales de construcción. Igualmente se han tenido que desalojar múltiples edificios, mientras las remodelaciones toman lugar.
Tercero: Los inquilinos tienen derecho sobre las decisiones que se tomen respecto a seguridad, mantenimiento y en general lo que respecta a las condiciones del edificio que habitan. Siete meses antes del incendio, los inquilinos de la torre Grenfell, advirtieron sobre el riesgo de incendio, debido a la mala calidad del trabajo, la mala gestión y mantenimiento, el poco cumplimiento con la regulación y la reducción de costos en todos estos frentes.
Cuarto: Finalmente, toda la normativa y regulación en Reino Unido se está reestructurando basada en los hechos que llevaron al incendio. Uno de los temas más prominentes es la responsabilidad que se le asigna a los diseñadores e instaladores de los sistemas de protección contra incendio, así como el control y mantenimiento que se debe llevar a lo largo de la vida útil del edificio cuya responsabilidad legal recae sobre el administrador del edificio.
En conclusión, la vivienda de interés social de gran altura supone un desafío en términos de seguridad contra incendio, pues se aumenta la carga combustible en la medida que aumentan los metros cuadrados habitables, pero se pretende mantener los costos de los sistemas de seguridad bajos y no de acuerdo a los requerimientos del riesgo. Es importante tener en cuenta las lecciones aprendidas de incidentes como la torre de Grenfell, para que este tipo de eventos no vuelvan a suceder.
